Aunque se pierda tu mirada en la nada,
y tu sonrisa cavile en lo que me ha convencido.
Cuando lo nuestro comience a desaparecer,
y ni el amanecer despierte brisas que calman,
no encontraré la forma de detener
lo que hasta ayer eran aromas del alba.
Eso que parecía ser infinito,
hoy comienza conmigo y yo junto a él,
a disolvernos en rocío.
Porque la mañana algún día llegará,
pero en esta noche no podré esperar,
ni al día despertarlo oscilante y vacío.
Hoy dejaré en vigilia en esa esquina,
lo que esta noche no fue,
lo que nunca habrá sido.
Porque he decidido no dormirme en compañía,
de quien me desvela para no soñarte,
ya no, esta noche no,
no viviré dormido.
Me quedaré sin las nubes y sin sus formas,
como las lluvias que caen en suelos sin semillas,
junto a barcos amarrados en costas
de luces viejas, de nuevos días.
Izaré las velas aunque no sople el viento.
Caminaré este mundo con lo que me habita.
Compartiré mi certeza que te respira
y es única, de mis sueños, guía.
Porque esta noche he decidido
que la duda no sea mi compañía.
